Por: Andrea Regalado
Una empresa feliz es aquella cuyos empleados están a gusto, trabajan comprometidos y hay un buen ambiente laboral. Los profesionales con una actitud positiva generan buenos resultados, son más proactivos y, por lo tanto, las probabilidades de éxito aumentan.
Un ‘ambiente feliz’ requiere una gestión eficiente de la comunicación interna. Sin conocimiento del propio entorno, mal se puede esperar un ambiente positivo. Ese conocimiento requiere transparencia, franqueza, para compartir realizaciones y también reveses.
Según una investigación de la Universidad de Navarra realizada por la psicóloga María Jesús Álava, las empresas felices son unos 31% más productivas. Hay que distinguir que cada empleado tiene motivaciones diferentes y no solamente entran en juego factores económicos, también influyen aspectos como:
Tener unos objetivos claros y definidos.
El reconocimiento de la labor desempeñada.
La participación del empleado en la toma de decisiones.
El desarrollo y proyección profesional.
¿Cuál es la clave para un equipo motivado?
“La clave es encontrar la forma de gestionar un equipo correctamente”, explica Inma Ríos Jiménez, experta en desarrollo de líderes y equipos de alto rendimiento. Ella, en su libro “Equipos motivados, equipos productivos”, asegura que es fundamental, de parte de los líderes, fomentar en sus equipos un “optimismo inteligente” que no consiste en que todo sea color de rosa, sino en asumir los contratiempos del día a día con la mejor de las actitudes.
Por ello, es importante que todo el equipo directivo de la empresa esté alineado en la manera de liderar. Que se fortalezcan y se instruyan sobre un liderazgo sano y motivador, de modo que el equipo pueda alcanzar los mejores resultados.