Por Nataly Tufiño
Con la rápida difusión que facilita internet, y el poco interés de validar los mensajes que recibimos, la desinformación se ha convertido en un fenómeno complejo para las sociedades; por lo que conocer cómo y a través de qué mecanismos se promueve, permitirá que las personas comprendan el problema y busquen minimizar los daños (o al menos reduzcan la propagación de las ya famosas fake news).
El fenómeno es amplio, incluso hay algunos expertos de la comunicación que lo consideran estratégico pero, para entenderlo, hay que empezar por los conceptos.
Para ello, el INE de México ha lanzado el Glosario contra la desinformación, que “ofrece una lista de términos ordenados alfabéticamente (para su fácil consulta) y desarrollados a partir del contenido de obras especializadas”.
Te compartimos algunos de ellos y su significado para que empieces a descubrir la profundidad y las formas de la desinformación, que ponen en riesgo la reputación de personas, marcas y empresas.
ASTROTURFING:
Es una técnica basada en proyectar una imagen falsa de naturalidad con el fin de ganar apoyo y viralidad. En otras palabras, con esta práctica se busca influir en la opinión pública, usualmente a través de perfiles o comunidades falsas en redes sociales que apoyan una ideología, posición o marca, aparentemente de manera espontánea. También ocurre cuando hay una falsa cooperación de alguien real hacia una marca (si es que antes se le ha pagado por ese respaldo).
El nombre astroturfing tiene origen en la compañía estadounidense de césped artificial “Astroturf”, siendo el concepto una metáfora: algo artificial que simula ser natural.
BLACK HAT SEO:
Se conoce así a cualquier práctica de SEO agresiva que busca conseguir mejores rankings en Google, aún contradiciendo sus políticas y directrices como la de crear contenido original y útil. Tales prácticas aumentan artificialmente la posición de un sitio web en los resultados de los motores de búsqueda.
CLICKFARMS:
Literalmente son granjas de dispositivos empleados para generar clics masivos que permitan atacar o posicionar tendencias. Aunque pueden ser operaciones que requieren grandes inversiones, dependiendo su tamaño y el alcance, en resumen existen para generar interacción de manera permanente, viralizando los contenidos digitales con perfiles reales pero mayoritariamente falsos.
Familiarizarse con los conceptos es el primer paso a dar en esta nueva lucha comunicacional.