Por Pedro Maldonado
Cada día se envían 100.000 millones de mensajes por WhatsApp y 112 millones de correos electrónicos de cuentas corporativas. Entender la magnitud y el volumen de estos números es complicado, pero queda claro que las tecnologías de la información han potenciado la manera en la que las empresas y las personas se comunican hoy en día, cada vez de forma más veloz.
WhatsApp es, pese a que muchos no lo quieren aceptar, una nueva herramienta de trabajo. Ese canal se repleta en ocasiones con mensajes personales, temas familiares, pero también con asuntos de la oficina. Es un medio al que hay que ponerle mucha atención desde la parte de la comunicación interna y externa de las empresas porque su abuso puede causar frustración y molestias en el equipo de trabajo.
Reglas claras como los horarios y el tipo de mensajes son fundamentales para que esta herramienta no pierda su impacto, en lo que se refiere a comunicación empresarial.
El correo electrónico, por su parte, también merece especial atención como instrumento de información dentro de los negocios. Su mal uso puede resultar contraproducente y por eso es vital seleccionar con cuidado y mucha atención los contenidos que se comparten por un mail.
En tiempos de pandemia la conectividad cruzó líneas que antes estaban muy marcadas y los colaboradores de las empresas pueden sentir que sus espacios personales, así como sus tiempos, han sido vulnerados.
Para evitar esto los mensajes y los contenidos que se comparte por WhatsApp y correo electrónico deben ser claros y directos. Solo así se logrará una comunicación efectiva que beneficie a los objetivos de las empresas.