Por Pedro Maldonado
El vocero de una institución está obligado a prepararse para aparecer en medios tradicionales y medios digitales. Esto implica el desarrollo de varias habilidades escénicas y hasta histriónicas para acompañar al mensaje que transmite ante sus públicos de interés.
Así, el vocero de una empresa tiene que aprender a relacionarse con la prensa escrita, la radio, la televisión y las plataformas digitales con la misma soltura y solvencia. No hay que olvidar las intervenciones en foros o en espacios con la comunidad en donde la empresa que representa tiene incidencia.
Entonces el reto está en desarrollar y manejar un mensaje y un discurso según el escenario. También es necesario que el vocero y sus asesores conozcan de cerca los medios de comunicación (tradicionales y digitales), su audiencia y su alcance.
No es lo mismo, por ejemplo, una entrevista para un medio impreso, en donde los tiempos son más extendidos, que para un programa de radio en vivo que al mismo tiempo se transmite por redes sociales, donde la interacción es mucho más veloz y dinámica, y con menos tiempo para profundizar en las preguntas.
Se puede concluir entonces que las nuevas tecnologías de la información demandan que la comunicación empresarial estratégica y la preparación de voceros sean trabajadas al detalle, sin descuidar ningún aspecto: desde la vocalización, pasando por la imagen que proyecta el vocero, el mensaje que busca transmitir y manteniendo la empatía con las diferentes audiencias a las que se dirige, en especial con las más jóvenes que son las más informadas y exigentes.