Por Benjamín Ortiz Brennan
Muchos ejecutivos en vísperas de enfrentarse a los periodistas por asuntos atinentes a su negocio, vuelven a esa actitud de escolares en trance de examen final, queriendo adivinar: ¿Qué será lo que me van a preguntar?
Y no es difícil adivinar qué van a preguntar los periodistas. Comenzaríamos asumiendo que serán los temas peliagudos, aquellos que podrían levantar controversia, los entresijos de un producto, o el lado oculto de una crisis.
¿Acaso son tan malvados?, me comentó alguna vez un gerente. No, le respondí enfáticamente, pensando en mis propios tiempos de periodista, pero los periodistas saben que noticia es algo que alguien no quiere que se publique.
Hay formas de marcar territorio. Por ejemplo, limitando la entrevista sobre determinados temas, o pidiendo por anticipado los asuntos sobre los que quiere obtener opinión o información el periodista.
¿Y qué pasa si esos compromisos se desbaratan a la hora del encuentro? Especialmente cuando hay grandes asuntos en el aire, como podría ser una importante adquisición o venta de acciones, una crisis interna o externa, quizá una ampliación o recorte de personal.
Entonces es probable que el comunicador no resista la tentación de soltar la pregunta, con aire de inocencia si se quiere, pero una vez hecha la pregunta, el entrevistado debería tener una respuesta a la mano, que no sea simplemente “no tengo comentario sobre el tema” porque esa respuesta, convertida en noticia, desencadenaría una cadena de rumores.
Algunos ejecutivos optan por el silencio porque en boca cerrada no entra mosco. Sin embargo, vivimos en una mundo en que la empresa es un ciudadano corporativo y público que necesita una presencia auténtica en la sociedad. Así que a veces se puede callar pero no siempre es posible mantener el bloqueo frente a los periodistas, a quienes más les gusta obtener noticia del personaje en directo, que conformarse con un frío boletín de prensa.
¿Qué hacer entonces?
La comunicación requiere una estrategia de selección de momentos, temas y voceros, que debería convertirse, entre otras cosas, en la elaboración previa de cuestionarios con preguntas y respuestas previsoras, directas no evasivas, cálidas no frías ni arrogantes, a fin de que no haya sorpresas ni enojos a la hora de encontrarse con la prensa, sino inteligentes formas de aprovechar las oportunidades que brindan los medios de hablar al público y a los clientes sobre nuestras empresas y productos.
Marketing de contenidos, la forma de acercarte a tus clientes
Los usuarios de producto o servicio están acostumbrados a recibir, por montones, anuncios publicitarios con los beneficios de comprar tal o cual marca. Así ha sido desde siempre. Pero al parecer esa estrategia está perdiendo efecto y las empresas se ven obligadas a dar un paso hacia una nueva forma de vincularse con sus clientes. El marketing de contenidos es la alternativa que ofrece historias a sus clientes.
Las campañas publicitarias tienen un beneficio notorio a la hora de dar a conocer un nuevo producto que tu empresa esté lanzando al mercado. El impacto es inmediato y los resultados se reflejan a corto y mediano plazo. Sin embargo, el principal objetivo de las empresas es construir una relación a largo plazo con sus clientes. Los clientes han de ser más que consumidores. Para conseguir fidelidad de parte de tus clientes, hace falta más que una campaña de marketing tradicional.
ALGUNOS CONSEJOS PARA TU ESTRATEGIA DE MARKETING
El marketing de contenidos ofrece construir ese vínculo entre la empresa y el consumidor. Tarda, es difícil, pero, a mediano y largo plazo, los resultados son muy efectivos. Por eso, te mostramos unas claves para comprender cómo tener éxito con tu nueva campaña de marketing:
Analizar el mercado: No se pueden tener prisas cuando quieres tener éxito. Primero deberás entender los gustos y necesidades de tus clientes. Cómo se comportan en las redes sociales, qué es lo que quieren mirar y qué no les gusta recibir.
Calidad y relevancia: no se trata solamente de ofrecer historias. Las empresas deben elegir contenidos relacionados a su giro de negocio. Además, de la calidad de la historia que construyan, dependerá el éxito de la campaña. En este punto, es clave pensar como novelistas.
Difundir el contenido: una vez que hayas creado una historia contundente y emotiva, tendrás que elegir los canales por donde distribuirla. Es importante que entiendas que la clave es calidad y no cantidad. Quizás sea mejor menos redes sociales con mejores resultados. No trates de estar en todas.
El contenido: nuevamente, recuerda que la idea del marketing de contenidos es construir una relación con tus clientes. Y si el objetivo es tener una relación, no vale la pena que lo trates como cliente, sino como amigo. Los contenidos han de evocar a los valores de tu corporación, por ejemplo.
En definitiva, el marketing de contenidos no es una carrera de 100 metros planos, es, más bien, una aventura a campo traviesa, en la que deberás sortear la premura del tiempo.