Por Esteban Corral
Mucho se ha hablado de la necesidad de construir una comunicación integral en la que tanto consumidores como colaboradores se identifiquen con la marca.
Pensando en los consumidores, se han elaborado, con éxito, campañas de comunicación que les permitan identificarse con la organización. Pero, ¿qué hay de los empleados?
Las empresas pretenden que sus clientes sean usuarios activos en las redes sociales que distribuyan valores institucionales y se apropien de la marca, mientras que, en algunos casos, a sus colaboradores les limitan el uso de las redes en los lugares de trabajo.
Las empresas elaboran minuciosamente sus planes de pauta en redes para llegar a sus clientes, sin embargo el empleado, que también es usuario de redes sociales, no está autorizado, en muchos casos, a acceder a las redes en su horario laboral, quedando privado de la posibilidad de recibir información relativa a la organización.
¿Será necesario replantearse ciertas políticas prohibicionistas para con los colaboradores de una organización y aprovechar al máximo esa interactividad en la web?
Es común ver personas trabajar con su computador en una cafetería que tiene una pantalla de tv, mientras responden un mensaje de whatsapp. Esta situación, para nada fuera de lo común, ocurre también en las organizaciones.
En este contexto, imaginar una comunicación interna que no aproveche el entorno multipantalla al que están expuestos los empleados parece una mala decisión. Por lo tanto, es importante elaborar contenidos que le permitan al empleado asimilar información de actualidad de la empresa, interiorizar los valores de la organización y sentirse parte del camino que han trazado los líderes de la empresa. Al respecto, Carlos Molina, Director General de Best Realtions dice que: “No es lo mismo gestionar la participación en grupos desde el ordenador que hacerlo en movilidad, aprovechando los micromomentos disponibles. Además, las segundas y terceras pantallas (…) pueden aportar datos o información complementaria a la que ya se recibe por otro tipo de canales (boletines por correo electrónico, revistas corporativas, webs, etc.)”. (Molina, 2017)
Para aprovechar el uso de redes en horarios laborales, la solución podría ser elaborar un plan de comunicación que aproveche esa interacción del trabajador con sus dispositivos electrónicos. Una buena opción es la narrativa transmedia. Sí, aunque parezca extraño, la estructura Introducción-nudo-desenlace, tan típica de la ficción, puede ser la clave de una identificación plena con la marca.
Hay varias razones para pensar que funciona. Primero porque permite fragmentar un mensaje y distribuirlo, a conveniencia, en distintas plataformas, explotando al máximo las características de cada una de ellas. Además, engancha al receptor con el posible desenlace de la información entregada, pero más importante aún, porque el trabajador es parte de una sociedad que construye, a diario, su vida entorno a una multiplicidad de pantallas.
Quizá la mejor estrategia para crear una conexión real con tus empleados sea construir una red de contenidos, un puzzle que invite al empleado a completar el desenlace de la información y a compartir con sus contactos los valores de la empresa. Para eso es necesario sincerar el uso de redes sociales entre tus colaboradores y aprovecharlas para fortalecer el compromiso que tienen con la organización.
Bibliografía
Molina, Carlos (2017). Hacia una comunicación corporativa transmedia. En: adComunica. Revista Científica de Estrategias, Tendencias e Innovación en Comunicación, nº14. Castellón: Asociación para el Desarrollo de la Comunicación adComunica y Universitat Jaume I, 259-265. DOI: http://dx.doi. org/10.6035/2174-0992.2017.14.15
Responsabilidad Social Empresarial como parte de la gestión