Por Andrés Velasco
Al momento de elaborar una presentación corporativa, las compañías más representativas a nivel mundial comprendieron la importancia del cómo, que siempre fue relegado por el qué. Antes se creía que era suficiente lo que se decía. Hoy se sabe que a pesar de que sigue siendo relevante el contenido, es importante el cómo lo vamos a presentar, cómo logramos impactar en nuestro público objetivo y cómo quedamos en la memoria de este.
Estos son 5 consejos útiles para convertir a nuestra presentación institucional en una herramienta funcional.
Define el objetivo: responde al propósito que buscamos a través de la elaboración de nuestra presentación.
Identifica al público al que se quiere dirigir: definir el interlocutor concreto ayudará a seleccionar y priorizar contenidos, evitando entrar en campos que no son del interés de nuestro target.
Organiza los contenidos: se recomienda estructurar la presentación por capítulos. Las primeras láminas serán claves para posicionar a la empresa, describir lo que hace, la experiencia en la actividad correspondiente, destacando los hitos más relevantes.
Cuida el diseño: La estética a la hora de diseñar tu presentación es muy importante. Aunque el contenido sea muy atractivo, si las diapositivas son visualmente molestas o recargadas, es probable que pierdas la atención de la audiencia. Siempre busca la manera de simplificar la información y aliviar la diapositiva de elementos innecesarios.
Ten en cuenta el tiempo: en promedio una persona tarda dos minutos en explicar una diapositiva. Por este motivo, de ser posible, deberíamos procurar no extendernos más allá de las 15 láminas. Hoy la tendencia es clara, de 20 a 30 minutos tendría que ser tiempo suficiente para mostrar lo esencial y conquistar al interlocutor.