Por Bernarda Ortiz
Las ganancias por publicidad significaron para Facebook el 98% de sus ingresos en el 2017 según CNNMoney. La posibilidad de segmentar el mercado por género, edad, nivel de educación, gustos, amistades, tendencias políticas y mucho más, es una atracción que las marcas no pueden, ni deben resistir. Pero entonces, ¿qué es lo que hizo Cambridge Analytica con la información de 50 millones de usuarios que ha generado tanta indignación?
Durante las reñidas elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, a través de un “inocente” test de personalidad en la red social, la empresa de marketing político Cambridge Analytica, contratada por el equipo digital de la campaña de Trump, accedió y utilizó la información privada de 50 millones de personas que nunca habían dado su consentimiento para el acceso y uso de estos datos.
¿Pero esto realmente debe preocupar a los millones de usuarios en Facebook fuera de Estados Unidos, quienes no sienten que el triunfo de Trump les afecta? La respuesta es sí.
El activo más importante de Facebook es nuestra información, nuestras amistades, me gusta, grupos a los que pertenecemos, porque son un indicador de lo que potencialmente nos interesaría comprar, por ejemplo. Sin embargo, una App que tiene el solapado objetivo de definir qué, cómo y cuándo nos hablan de un candidato significa que Facebook necesita políticas más estrictas para dar acceso a nuestra información. Va muchos más allá de lo que publicamos en nuestro muro, son nuestros patrones de comportamiento.
Hay quienes, tras este escándalo, presionan por imponer reglas de privacidad más estrictas a Facebook y otras plataformas, incluso defienden desactivar su red publicitaria, para que según ellos, se eliminen los incentivos que tienen de acumular datos para las marcas.
En todo caso, de los 2200 millones de cuentas, el porcentaje de quienes las borraron tras este escándalo hecho público por The New York Times y The Observer, no es alto ni mucho menos pone en riesgo la estabilidad de Facebook. Sin embargo, Whastapp, Instagram, GroupPayments, Onavo, Atlas, Facebook Messenger y más, también recopilan nuestros datos. En este mundo hiperconetcado, donde la venta de nuestra información genera millones de dólares, ¿será que a alguien le conviene un modelo de negocio que proteja nuestros datos y respete nuestra intimidad? Difícil...