Disposiciones gubernamentales, medidas económicas, modalidades de trabajo, reorganización de actividades, políticas de prevención de contagios y protección de empleados y clientes, son algunos de los temas considerados esenciales de informar a nuestro personal en la coyuntura del confinamiento y cambio de semáforo.
El gran desafío que enfrentan las empresas, sin importar su tamaño, es encontrar el equilibrio entre informar, sin saturar de contenido. En estos momentos es fácil cometer el error de difundir la mayor cantidad de información a nuestro personal, sin tomar en cuenta criterios como: tiempos, canales, mensajes, lo que finalmente genera desinterés y hartazgo hacia toda la información que compartimos.
En este artículo te presentamos algunas recomendaciones útiles que podrán ayudar a que mantengas una comunicación fluida, asertiva y efectiva con tu personal.
Mapeo de públicos y herramientas: analiza la dinámica de comunicación de las áreas que componen tu organización, las herramientas de comunicación existentes y su efectividad.
Priorización de contenidos: valora la información que deseas compartir y quién debe recibirla:
Urgente: requiere ser compartida inmediatamente, sin importar el día y la hora, ya que tiene impacto directo en el colaborador. Se pueden usar varias herramientas para garantizar que el personal recibió el mensaje.
Moderada: su contenido es importante, pero no requiere ser socializada de manera inmediata. En lo posible debe ser compartida a través de canales formales de comunicación, preferentemente en horarios laborales.
General: es un tipo de información que no impacta en el desarrollo de las actividades del personal. Debemos procurar compartirla en horarios laborales y no necesariamente por canales formales.
Sensible: es un tipo de información que puede repercutir en la imagen y reputación de la institución, tanto a nivel interno como externo, por lo que merece el desarrollo de una estrategia.
Si bien no existe una receta mágica aplicable para todas las industrias, la clave siempre será mirar puertas adentro, entender las necesidades de nuestro personal para emplear las mejores estrategias que nos ayuden a llevar una comunicación interna equilibrada.