Por Pedro Maldonado
Las reuniones virtuales de trabajo marcan hoy el día a día de las empresas. En estos espacios es común, en especial en las empresas multinacionales, contar en sus equipos con colaboradores de distintos países y, como consecuencia con varias lenguas.
En una misma reunión pueden estar ejecutivos que hablen inglés, francés, portugués, español, alemán, mandarín, etc. Sin embargo, lo acostumbrado es acordar antes de la reunión el idioma ‘oficial’ y por lo general el inglés es el preferido.
Esto tiene una razón: hoy en día en todo el planeta existen cerca de 1.130 millones de hablantes de inglés. Bastante cerca está el mandarín (1.117 millones) y más atrás aparecen el hindi con 615 millones y el español con 534 millones de hablantes.
Esos números dejan ver que el inglés y el mandarín son quizá los idiomas más importantes a la hora de hacer negocios globales y las empresas deben estar al tanto de eso. Por eso, los ejecutivos están en la obligación de hablar al menos uno de esos dos idiomas (el inglés de cajón y el mandarín como un plus) si quieren lograr una comunicación efectiva.
En Ecuador aún prevalece el inglés como la lengua básica para los negocios internacionales, sin embargo dada la importancia cada vez más grande de China en lo económico, así como en lo político, muy pronto el mandarín será una lengua universal.
Dominar otros idiomas siempre será útil, además genera para un ejecutivo y para una empresa una buena imagen; deja ver que se trata de una compañía seria que piensa en global y que sabe que la comunicación es fundamental para los negocios en el mundo hiperconectado de hoy. No es un detalle menor: hablar uno o dos idiomas más, aparte de la lengua nativa, siempre será bien visto.